Así piensan

Existen hace ya mucho tiempo. Aparecieron peludos, desmañados e incompetentes en unas lejanas llanuras y se fueron extendiendo y evolucionando hasta llegar a lo que son ahora, unos seres largos, húmedos, cálidos, viscosos, formados por una bola que se apoya en dos tentáculos, con otros dos que antiguamente también les servían de apoyo y coronado todo ello por una bola más pequeña de la que penden raíces de tamaño y color diverso. Son tal que un árbol mal construido. Pero lo peor que tienen no es su aspecto ni su constitución, lo peor es que ya son demasiados.
Mientras fueron pocos, no importaba, se les veía una vez y pasaban lunas y lunas hasta que otra vez se cruzaban en nuestro camino. Pero ahora, ahora están en todas partes, en todo momento, es imposible existir sin tropezar con su presencia. Es alarmante.
Y sus costumbres son espantosas. No se reproducen de una manera elegante, por medio de esporas, sino rotescamente por medio de una gemación interior que produce un ser incompleto al que tienen que seguir añadiendo partes que no se generan naturalmente, como son el envoltorio protector externo o las envolturas duras de los tentáculos inferiores.
Se comunican por molestas ondas vibratorias y desde luego, son incapaces de reconocer emanaciones sensoriales como es común entre seres complejos. Es más, si inadvertidamente emitimos alguna sensación en su presencia, se empiezan a agitar de manera convulsa, mientras que con el extremo de sus tentáculos se frotan zonas de su bola como si tuviesen molestias o desazones. También usan para comunicarse unas señales que marcan con un objeto puntiagudo o colorante sobre superficies lisas. Así, por señales de estas que parecían asemejársenos, hemos comprendido que se han dado cuenta de nuestra presencia y comienzan a buscarnos.
Esto es peligroso. Por ello hemos de tomar una decisión antes de que consigan capturar alguno de nosotros, cosa difícil desde luego, pero terrible en el caso de que ocurra. Yo soy partidario de su exterminio inmediato, no quiero ni pensar lo que nos puede deparar el futuro si no obramos así inmediatamente.